No solo los adultos tenemos preocupaciones y estrés que nos mantienen despiertos. Los niños también tienen sus propios pensamientos que pueden hacer que les cueste dormir. Miedo a la oscuridad, la presión del colegio, las distintas experiencias que viven día a día… Cualquier cosa puede ser causa de estrés y puede provocar inquietud a la hora de descansar. Existen técnicas y actividades de relajación para niños que podemos enseñarles para esos momentos de nervios. Es importante ayudarles a dormir, pero es aún más importante enseñarles a manejar esos sentimientos por sí mismos. De esta forma les estaremos dando herramientas que van a ayudarles durante toda su vida.
10 actividades de relajación para niños
Hay muchas técnicas que pueden ayudar a los niños a relajarse. Dependiendo del niño, le funcionarán unas mejor que otras. Podéis empezar por enseñarle una o dos de las siguientes técnicas e ir introduciendo más paulatinamente.
Respiración profunda
La respiración profunda es una forma natural y efectiva de liberar el cuerpo de tensión y estrés. Disminuye el ritmo cardíaco, baja la presión arterial y aporta calma. Es muy fácil enseñar a los niños esta técnica: Solo tienen que respirar profundamente, retener el aire un momento y expulsarlo de forma controlada.
Esta técnica no solo es útil a la hora de ir a dormir, también durante su día a día, antes de un examen o de una presentación en el colegio.
Ejercicio
Los niños necesitan gastar toda esa energía que tienen. Correr, nadar, montar en bici… Son actividades que les ayudan a estar más relajados a la hora de acostarse, sus niveles de energía son más bajos y pueden dormir más fácilmente.
Relajación progresiva
Una de las actividades de relajación para niños que mejor funciona es la relajación progresiva. Se trata de ir contrayendo y relajando las distintas partes del cuerpo en un orden. Empezando por la cara, las mandíbulas, tren superior, tronco y finalizando por el tren inferior. iremos pidiendo al niño que contraiga cada una de estas partes tres veces para relajarlas después. A la vez, recuérdale lo bien que se siente tras cada paso, poco a poco se irá sintiendo mucho más tranquilo.
Visualización
Los niños tienen una imaginación desbordante y eso es algo que hay que aprovechar. Invita al niño a imaginar un lugar que le guste, tranquilo y donde se sienta a salvo.
La risa relaja
Ver un comic divertido, contar unos chistes, algún juego de poner caras graciosas… La Clinica Mayo considera la risa una de las técnicas más poderosas para aliviar el estrés. El cuerpo se relaja y las tensiones desaparecen.
Estiramientos
Los estiramientos ayudan a disipar la tensión acumulada en los músculos. Enseña a tu niño cómo estirar cada parte de su cuerpo de forma suave y controlada.
Música
Escuchar música relajante puede ayudar a los niños a centrarse y calmarse. Incluso los niños muy pequeños pueden disfrutar de buena música tranquila antes de ir a dormir.
Meditación
Las diferentes técnicas de meditación ayudan a relajar el cuerpo y la mente. Existen ejercicios sencillos especialmente pensados para niños. No dejes de intentarlo con tu pequeño, los resultados pueden ser muy sorprendentes.
Muchos mimos
Cuando pensamos en actividades de relajación para niños probablemente nos olvidemos del poder de los mimos. La interacción física con otros ayuda a rebajar la presión sanguínea y a reducir el estrés. Abrazar a un ser querido, o incluso al perro de la familia tiene muchos efectos positivos en el estado de ánimo de los niños (y de los adultos).
Ejercicio con los dedos de los pies
Hay un ejercicio muy simple pero muy efectivo que puedes enseñar a tu pequeño. Tumbado boca arriba en la cama, pídele que flexione sus dedos de los pies hacia su cara. Tiene que mantener esa posición mientras cuenta hasta 10 y después relajar. Cuenta hasta 10 y repite de nuevo.
Muchas de estas técnicas sirven para cualquier edad, así que no dudes en practicarlas con tus hijos. Unos padres relajados también ayudan a conseguir niños más tranquilos.